Se encuentra usted aquí

Síntesis temática

La viticultura, vinicultura o vitivinicultura es la actividad productiva que incluye una serie de procedimientos desde el cultivo de la vid a la fabricación de vinos y otros productos derivados de la uva. Desde su ingreso durante el siglo XVI a la región de los oasis cuyanos durante el proceso de conquista y colonización en manos de los españoles podemos distinguir una serie de etapas durante las cuales se forjó un circuito agroindustrial que le otorga una fuerte identidad a la provincia de Mendoza.
 
Durante la etapa colonial son principalmente los miembros de la orden religiosa Compañía de Jesús quienes junto a los adelantados comienzan a instalar pequeñas plantaciones para cubrir dos demandas, el consumo personal y el uso en las celebraciones religiosas. La decisión de elegir los oasis cuyanos estuvo definida por la experiencia que estos traían de su terruño natal vinculada con las características paisajísticas, edáficas y climáticas que encontraron en la región cuyana. En dicho período la producción estaba restringida al ámbito doméstico y se centró en el oasis del río Mendoza. Como señala Liliana Girini (2005: 33), la bodega de este período era un recinto relacionado al ámbito de la vivienda; a menudo una habitación aislada o adosada a ésta; con gruesos muros de adobe y escasas aberturas que la hacían apta para soportar las grandes amplitudes térmicas entre el día y la noche.
 
Este período incluye, según la misma autora, también las etapas de Transición (1816-1853), Europeización y Afrancesamiento (1853-1885). Sin embargo, esta producción no era central para la economía mendocina. La producción ganadera con características de invernada concentraba la riqueza del área orientada a la comercialización con Chile. Esto generó la concentración de poder tanto político como económico por parte de un grupo de terratenientes latifundistas criollos.

A raíz de una serie de factores que incluyen la crisis económica del país trasandino, la conformación del Estado Nacional argentino, la implementación de la moneda nacional, y la llegada del ferrocarril generaron un proceso no traumático, pero si indeclinable de caída de la producción ganadera local. (Collado, 2006)

Esta generación de ganaderos criollos había logrado una acumulación de capital que les permitió generar una reconversión hacia la producción vitivinícola, la cual se encontraba en alza debido al crecimiento de consumo interno y la incipiente demanda externa. 

En este contexto se da inicio a un nuevo período denominado según Girini (2005) la Revolución Vitivinícola (1885-1910). El nuevo desarrollo de producción se caracterizó por la inversión en pos de reconvertir la fase artesanal en una etapa de industrialización. De esta manera, la vitivinicultura como modelo de desarrollo endógeno se contrapone al modelo de desarrollo a nivel nacional. En este sentido, será destacada la intervención de los sectores de concentración política y económica encumbrados en las instituciones de gobierno.

En palabras de A. Rofman y L. Romero (1973: 29) se manifiesta claramente “…el rol del Estado, como agente decisional, asumiendo un doble papel, definido por su posición en la estructura de poder dominante y en su acción como aparato burocrático que toma decisiones compatibles con los objetivos de sostén del sistema vigente.”  

La industrialización se caracterizó por el ingreso de maquinarias, el establecimiento de instituciones científico educativas, la llegada de inmigrantes especializados en la producción de vid, y la inversión del antes sector ganadero sostenido por la constitución del sistema financiero local.
Así también, fue durante estos años que la producción se extendió hacia el este y sur de la provincia, abarcando respectivamente los oasis de los ríos Tunuyán (actuales departamentos de San Martín, Rivadavia y Junín) y los ríos Diamante y Atuel (departamento de San Rafael). Así mismo, cabe destacar el desarrollo de conocimiento científico que comienza a darse en el plano de infraestructura hídrica (desarrollo de redes caracterizadas por la inclusión de acequias) y procesos climáticos, entre estos últimos respecto a las heladas y el granizo.

Más allá de sufrir una crisis durante la década del 1930, con el afianzamiento del Estado de Bienestar la producción de vino corre con la ventaja de transformarse en la insignia de las bebidas de mesa en los hogares argentinos. Es recién en 1970 que sufre una nueva transformación a raíz de una etapa de crisis hasta ese momento inédita. Con la introducción de políticas neoliberales durante la mitad de dicha década se da comienzo a un proceso de desregulación y caída de inversiones por parte de los Estados provincial y nacional. A esto además se suma, a partir de la apertura del mercado internacional la introducción de bebidas dulces gasificadas y cervezas en el consumo diario en la mesa de los argentinos. Como consecuencia de la caída del consumo, la crisis económica producida por la última dictadura cívico-militar y el proceso hiperinflacionario de finales de la década de 1980 y la profundización de políticas neoliberales en los años posteriores que se produce una retracción en la superficie sembrada, generando el cierre de numerosas bodegas, tanto de producción a granel como familiares.

Sin embargo, a “… finales del siglo pasado se inició un proceso de recuperación del cultivo, que prosigue actualmente con fuerte impulso, y cuyas características son diametralmente opuestas a las vigentes desde la modernización de fines del XIX. Se trata de la reconversión de variedades criollas a finas (que contaron con apoyo estatal) y el desarrollo de nuevas explotaciones vitícolas con exclusivos cepajes de alta calidad enológica…” (Richard-Jorba, 2007: 99), dándose inicio a la etapa denominada signos de una nueva era (Girini, 2005).

Podríamos definir esta etapa de transformación como un claro ejemplo de reconversión glocal, caracterizado por la valoración de atributos locales de la producción vitivinícola mendocina redefinidos para lograr su introducción en el actual mercado global.

Cabe finalmente destacar la importancia que ha generado en esta etapa la apertura de numerosas bodegas de vino al turismo promoviéndose una nueva actividad de alcance nacional y con una proyección que “… plantean la necesidad de estudios periódicos de diagnóstico y de actualización de la información, que sirvan como base para la generación planes, programas y proyectos que contribuyan a potenciarlo…” (Observatorio Vitivinícola Argentino, 2007: 2).
 
Bibliografía:

Collado, P. (2006) “Desarrollo vitivinícola en Mendoza - Argentina. Apuntes sobre su origen”, Trabajo y Sociedad Indagaciones sobre el empleo, la cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas Nº 8, vol. VII, Santiago del Estero, Argentina.

Richard-Jorba, R. (2008) “Crisis y transformaciones recientes en la región vitivinícola argentina. Mendoza y San Juan, 1970-2005”, Estudios Sociales, Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, Revista de Investigación Científica., Volumen 16, Número 31, México.

Observatorio Vitivinícola Argentino (2007) “Informe de Turismo Vitivinícola de Argentina – Año 2007”, Mendoza, Argentina

Moretti-Baldín, G. (2008) “Historia, historiografía y gestión cultural del patrimonio vitivinícola de Mendoza, Argentina”, Apuntes. Revista De Estudios Sobre Patrimonio Cultural, 21(1). Recuperado a partir de https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/view/8969

Gudiño de Muñoz, M. y Villegas de Lillo B. (2001), “Reconversión agroindustrial en busca de la integración al mercado mundial: oasis del oeste argentino”, Cuadernos Geográficos, número 31, Universidad de Granada, España, pp. 149-171.