El agua entendida como bien común representa parte de la riqueza colectiva de las sociedades. Se asocia con la idea de seguridad y bienestar ya que no sólo implica el abastecimiento de este vital recurso de la población sino que permite el desarrollo de la agricultura y la ganadería con su correspondiente seguridad alimentaria. Sin embargo, el proceso de apropiación de este bien por parte de algunos actores sociales para su propio beneficio, deviene en conflictos en los cuales unos pierden y otros ganan.
El agua es un recurso estratégico, pero a la vez también se trata de un bien común y un Derecho Humano (ONU, 2010). A diferencias de otros recursos estratégicos como el petróleo, por ejemplo, el manejo del agua no abarca estrictamente los límites de un territorio, sino que la escala de manejo es la cuenca hidrográfica que es regional y muchas veces trasciende los limites de los Estados. Tal como sucede en el caso del Cercano Oriente, el manejo se vuelve especialmente complejo cuando al manejo del agua se le adicionan otros conflictos territoriales.
La región del Cercano Oriente está integrada por más de trece países y una población estimada en unos 215 millones de habitantes. En general, estas poblaciones no cuentan con la cantidad de agua suficiente para satisfacer sus necesidades diarias. En una zona donde la aridez y la desigual distribución del recurso es parte del paisaje característico, son frecuentes las disputas entre países por el acceso a este bien.
Como señala Portillo (2008:19),“En esta zona donde la búsqueda de agua siempre ha sido una de las mayores preocupaciones, la lucha por el desarrollo es hoy, ante todo, una lucha por el dominio del agua”. Aquellos países que se encuentran aguas arriba de las principales cuencas de la región – Tigris, Éufrates y Jordán – ejercen el control y la administración del agua de estas cuencas, impactando negativamente en las áreas cercanas y generando disputas por la desigual condición de poder en el uso de un recurso compartido.”
Esta situaciones se generan a pesar que se hayan definido los volúmenes de agua a utilizar y favorecido la forma de acuerdos para garantizar la sustentabilidad en el uso del recurso. La apropiación y lucha por el agua ha sido un elemento clave en la creación y consolidación del Estado de Israel y uno de los problemas históricos entre palestinos e israelíes.
Luego de la creación del Estado de Israel en 1948 el control del agua se convirtió rápidamente en un asunto de seguridad nacional (Bruzzone, 2008). La aridez de la zona y la necesidad de riego para el desarrollo de la agricultura en el territorio de Israel, fueron factores que incentivaron al gobierno a llevar a cabo numerosos proyectos para lograr el abastecimiento de agua. Un claro ejemplo lo constituyeron los kibutz, áreas de producción agrícola y ganadera donde la utilización del agua estuvo regulada y esta medida era considerada un argumento valioso para defender la colonización israelí en los territorios en disputa.
En 1963 Israel construyó el Acueducto Nacional que tomó aguas del lago Tiberíades para proveer de este bien al sector más árido del país, el desierto de Neguev, ubicado en el límite con Egipto. Los Estados árabes de Siria y Jordania protestaron enérgicamente pero Israel continuó con el emprendimiento que contó con el apoyo de los Estados Unidos en el desarrollo de la infraestructura. Esto desató un problema geopolítico: la presencia de Estados Unidos como influencia occidental en un sector oriental. Siria y Jordania respondieron con otro proyecto que permite la utilización de los afluentes del río Jordán en el Líbano y en las Alturas del Golán, una meseta muy rica en aguas subterráneas ubicada entre Siria e Israel.
Las tensiones crecieron en 1967, Israel y Siria se enfrentaron en la “Guerra de los Seis Días”. Israel logró derrotar a sus vecinos con la ayuda de Estados Unidos y se apropió de las Alturas del Golán lo que le permitió controlar toda la cuenca del río Jordán. El avance de Israel sobre otras áreas de buena disponibilidad de aguas subterráneas como Gaza y Cisjordania, completó el escenario del conflicto. Israel se apropió del agua en la mayor parte de la cuenca del río Jordán, y en el sector donde el río constituye el apoyo al límite entre Cisjordania y Jordania, ejerce el control.
A pesar de que Israel se retiró de la Franja de Gaza en el año 2005 los palestinos no pueden acceder al agua ya que dicho país sigue controlando el recurso, y más de un millón y medio de personas sobrevive gracias a una sola reserva, el acuífero costero, aún cuando el 95% de su agua no es potable sin tratamiento, debido a la sobreexplotación de la reserva y la consecuente infiltración con agua proveniente del Mediterráneo (ONU, 2015). Los costos de sumar otra reserva son cuantiosos, no pueden afrontarlos y sólo ven como opción posible la desalinización del agua. Las Naciones Unidas han realizado inversiones para desarrollar pequeñas plantas desalinizadoras. Mientras tanto, los palestinos utilizan el agua del mar para sus cultivos que trae como consecuencia la salinización de los suelos, reduce el rendimiento de sus cultivos y afecta su alimentación.
Entre Israel y Palestina, particularmente las asimetrías en el uso del agua son evidentes, también en el paisaje y en las condiciones de vida de la población. Pese al acuerdo Oslo II en que se pactó en 1995 la distribución del agua en 80% para Israel y 20% para los territorios palestinos, actualmente la utilización del agua es aún mas injusta, con porcentajes de 87% y 13% respectivamente. (Bompan. E. 2017)
Bibliografía:
-AA VV (2007) “El conflicto Israel – Palestina” Revista Vanguardia DOSSIER Nº 25. Editorial
La Vanguardia, Barcelona.
-Bompan, E.(Water Grabbing) (2017) “Agua Santa. El conflicto Palestino-Israelí por el agua” El País. Disponible en: https://elpais.com/especiales/2017/planeta-futuro/agua-palestina-israel/
-Brieger, P. (2010). El conflicto palestino – israelí. 100 preguntas y respuestas. Editorial Capital Intelectual: Buenos Aires.
-Bruzzone, E. (2008). Las guerras del agua I. Un recurso escaso en peligro. Colección Claves del Siglo XXI, Capital Intelectual: Buenos Aires
-Organización de las Naciones Unidas (2010) Resolución. 64/292. El derecho humano al agua y el saneamiento. Disponible en: https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/64/292&Lang=S
-Organización de las Naciones Unidas (2015) Informe sobre la asistencia de la UNCTAD al pueblo palestino: evolución de la economía del Territorio Palestino Ocupado. Disponible en: https://unctad.org/meetings/es/SessionalDocuments/tdb64d4_es.pdf